El presente informe propone exponer, dinamizar objetivos y presentar la estructura del documento escrito por Sebastián Mauro el cual tiene como fin último interpretar la dinámica política contemporánea en los términos de una sucesión de procesos de identificación política, discontinuos desde el punto de vista de su cristalización en sujetos colectivos, pero hilvanados por la tematización de los asuntos públicos. A lo anterior es sumado una lectura a la luz del corporativismo, sus modelos y escenarios.
En un principio Sebastián Mauro expone que la abundancia de literatura estuvo de acuerdo en puntear un cambio en las solidaridades sociales que consolidaron a las sociedades de masas del siglo pasado, lo que conllevó a un proceso de fragmentación y disolución de las identidades colectivas, hasta aquel momento materializadas alrededor de antagonismo totalizadores que permitían de cierta manera una preponderancia de lo social con base en una “Jerarquía de clivajes políticos” y organizaciones de masas entendiéndose como partidos políticos o sindicatos.
Para Mauro, hace más de 30 años múltiples estudios de carácter empírico con abundantes en enfoques han señalado la fragmentación de los partidos políticos y los movimientos sociales en una diversidad infinita de situaciones, con base en esto saca a flote del mar metodológico las preguntas u objetivos sobre los cuales se quiere guiar para desarrollar su escrito.
“¿Qué clase de dinámicas se instalan cuando las organizaciones tradicionales (partidos políticos, movimientos sociales) son desbordadas por otros actores que compiten en la enunciación política? ¿Cómo abordar, desde la sociología política, procesos cuyos agentes son, en muchos casos, colectivos circunstanciales?”. Él sostiene que dicha disgregación de las identidades colectivas tienen un trasfondo derivado en una dinámica de repercusiones desde los procesos de identificación política, anejados al origen de la conformación de sujetos colectivos.
El escenario donde se prevé las consecuentes rearticulaciones es el de la agenda pública o agenda de la política. ¿qué es una agenda?. “El termino agenda se utiliza para indicar el conjunto de problemas percibidos que necesitan un debate público, o incluso, la intervención activa de las autoridades públicas legitimas.” (Deubel, 2002). Siendo así, las variables de análisis politológicas en el conocimiento de las agendas de políticas públicas son determinadas por la capacidad del individuo para desarrollar procesos cognitivos multidisciplinares y eficientes que determinen los procesos o fases dinámicas por las cuales un ente gubernamental accede o no a determinar qué problema social necesita de una intervención de carácter público. En otras palabras, un balance analítico del pragmatismo de la política.
Se da entonces por hecho que no los todos los problemas sociales desembocan en una agenda política, significa que hay ciertas barreras que pueden ser de índole social, política e incluso económica que afectan en el posicionamiento en la agenda, he aquí el papel del politólogo para determinar y saber leer de qué manera un factor en concreto puede generar efectos sobre la agenda y qué alcance toman dichos efectos.
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario comprender que los sistemas tienen un flujo de poder en la medida en que hayan autorizaciones o regulaciones del diseño institucional. Siendo así es necesario aclarar que el diseño institucional depende del gobierno[1] y no del estado como un concepto abstracto.
En este orden de ideas deambulando entre lo pragmático y lo teórico se puede enlazar el corporativismo como un esquema del diseño institucional para poner el poder en sitios o escenarios de control donde hay mas posibilidad de estar unos actores sobre otros. Siendo entonces el modelo la síntesis o las diferentes conjugaciones del esquema se podría concebir comunicación política como parte de los procesos, de la mano del liderazgo político y las estructuras de grupo que actúan como un puente regulatorio entre los sistemas políticos y los electores, siendo el fin último movilizar y contagiar influencias políticas. Dicho por Meadow (1980) “Cualquier intercambio de símbolos y mensajes que está condicionado por el sistema político y que, a su vez influyen en éste”
En América Latina, las democracias migraron a transacciones de actores que continúan teniendo una convicción en la democracia, siendo así se plantea el modelo no como una articulación netamente de victoria electoral sino a quien con base en una teoría de juegos y/o elección racional active el poder desde la subasta o la transacción.
¿Pero quien pone en acción el diseño institucional? ¿y qué repercusiones tiene esto? Es el modelo quien pone la metodología de poder que prioriza el diseño institucional y por ende es el mismo modelo quien otorga una dinámica funcional a los sistemas políticos. Esto trae por repercusiones una agenda de la política con temas públicos que el diseño institucional decide poner en lo público. En américa latina, por ejemplo, resulta sumamente negativo, pues va explícitamente vinculado con una metodología de clases que tomó gran arraigo a raíz de periodos coloniales.
Continuando con la línea argumentativa del autor un problema social solo existe cuando es reconocido por la misma sociedad en el que se presenta, si esto no sucede este problema no será debatido, no se iniciara la evaluación a la situación que se está presentando y no se crea el antagonismo entre aquellos que se sienten damnificados por la situación y aquellos que son determinados como los responsables. Este proceso puede ser considerado como lucha hegemónica en el cual los denunciantes presentan la situación como una problemática que afecta en términos públicos.
Esto pone en marcha una serie de repertorios de acción que contribuyen en la intención de ciertos colectivos de apropiarse de un tema o problemática y de ser sus enunciadores “oficiales”. Esto se presenta dado que no todos los temas pueden ser incluidos en la agenda publica y para que esto sea posible deben enfrentarse en la arena política de forma que logre que su problemática sea mas visible y se convierta en un tema que deba ser debatido.
Siendo así los temas de la agenda son una descripción del contexto en que se presentan y una referencia para la creación o definición de antagonismos y a su vez de identidades políticas y sociales.
Bibliografía adicional.
Canel, M. J. (2006). Comunicación política una guía para su estudio y práctica. Madrid, España: Tecnos.
[1] Gobierno como técnica que impone decisiones o diseña procesos de toma de decisión.
">La fragmentación de las solidaridades políticas en las democracias contemporáneas: procesos de identificación y diferenciación
El presente informe propone exponer, dinamizar objetivos y presentar la estructura del documento escrito por Sebastián Mauro el cual tiene como fin último interpretar la dinámica política contemporánea en los términos de una sucesión de procesos de identificación política, discontinuos desde el punto de vista de su cristalización en sujetos colectivos, pero hilvanados por la tematización de los asuntos públicos. A lo anterior es sumado una lectura a la luz del corporativismo, sus modelos y escenarios.
En un principio Sebastián Mauro expone que la abundancia de literatura estuvo de acuerdo en puntear un cambio en las solidaridades sociales que consolidaron a las sociedades de masas del siglo pasado, lo que conllevó a un proceso de fragmentación y disolución de las identidades colectivas, hasta aquel momento materializadas alrededor de antagonismo totalizadores que permitían de cierta manera una preponderancia de lo social con base en una “Jerarquía de clivajes políticos” y organizaciones de masas entendiéndose como partidos políticos o sindicatos.
Para Mauro, hace más de 30 años múltiples estudios de carácter empírico con abundantes en enfoques han señalado la fragmentación de los partidos políticos y los movimientos sociales en una diversidad infinita de situaciones, con base en esto saca a flote del mar metodológico las preguntas u objetivos sobre los cuales se quiere guiar para desarrollar su escrito.
“¿Qué clase de dinámicas se instalan cuando las organizaciones tradicionales (partidos políticos, movimientos sociales) son desbordadas por otros actores que compiten en la enunciación política? ¿Cómo abordar, desde la sociología política, procesos cuyos agentes son, en muchos casos, colectivos circunstanciales?”. Él sostiene que dicha disgregación de las identidades colectivas tienen un trasfondo derivado en una dinámica de repercusiones desde los procesos de identificación política, anejados al origen de la conformación de sujetos colectivos.
El escenario donde se prevé las consecuentes rearticulaciones es el de la agenda pública o agenda de la política. ¿qué es una agenda?. “El termino agenda se utiliza para indicar el conjunto de problemas percibidos que necesitan un debate público, o incluso, la intervención activa de las autoridades públicas legitimas.” (Deubel, 2002). Siendo así, las variables de análisis politológicas en el conocimiento de las agendas de políticas públicas son determinadas por la capacidad del individuo para desarrollar procesos cognitivos multidisciplinares y eficientes que determinen los procesos o fases dinámicas por las cuales un ente gubernamental accede o no a determinar qué problema social necesita de una intervención de carácter público. En otras palabras, un balance analítico del pragmatismo de la política.
Se da entonces por hecho que no los todos los problemas sociales desembocan en una agenda política, significa que hay ciertas barreras que pueden ser de índole social, política e incluso económica que afectan en el posicionamiento en la agenda, he aquí el papel del politólogo para determinar y saber leer de qué manera un factor en concreto puede generar efectos sobre la agenda y qué alcance toman dichos efectos.
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario comprender que los sistemas tienen un flujo de poder en la medida en que hayan autorizaciones o regulaciones del diseño institucional. Siendo así es necesario aclarar que el diseño institucional depende del gobierno[1] y no del estado como un concepto abstracto.
En este orden de ideas deambulando entre lo pragmático y lo teórico se puede enlazar el corporativismo como un esquema del diseño institucional para poner el poder en sitios o escenarios de control donde hay mas posibilidad de estar unos actores sobre otros. Siendo entonces el modelo la síntesis o las diferentes conjugaciones del esquema se podría concebir comunicación política como parte de los procesos, de la mano del liderazgo político y las estructuras de grupo que actúan como un puente regulatorio entre los sistemas políticos y los electores, siendo el fin último movilizar y contagiar influencias políticas. Dicho por Meadow (1980) “Cualquier intercambio de símbolos y mensajes que está condicionado por el sistema político y que, a su vez influyen en éste”
En América Latina, las democracias migraron a transacciones de actores que continúan teniendo una convicción en la democracia, siendo así se plantea el modelo no como una articulación netamente de victoria electoral sino a quien con base en una teoría de juegos y/o elección racional active el poder desde la subasta o la transacción.
¿Pero quien pone en acción el diseño institucional? ¿y qué repercusiones tiene esto? Es el modelo quien pone la metodología de poder que prioriza el diseño institucional y por ende es el mismo modelo quien otorga una dinámica funcional a los sistemas políticos. Esto trae por repercusiones una agenda de la política con temas públicos que el diseño institucional decide poner en lo público. En américa latina, por ejemplo, resulta sumamente negativo, pues va explícitamente vinculado con una metodología de clases que tomó gran arraigo a raíz de periodos coloniales.
Continuando con la línea argumentativa del autor un problema social solo existe cuando es reconocido por la misma sociedad en el que se presenta, si esto no sucede este problema no será debatido, no se iniciara la evaluación a la situación que se está presentando y no se crea el antagonismo entre aquellos que se sienten damnificados por la situación y aquellos que son determinados como los responsables. Este proceso puede ser considerado como lucha hegemónica en el cual los denunciantes presentan la situación como una problemática que afecta en términos públicos.
Esto pone en marcha una serie de repertorios de acción que contribuyen en la intención de ciertos colectivos de apropiarse de un tema o problemática y de ser sus enunciadores “oficiales”. Esto se presenta dado que no todos los temas pueden ser incluidos en la agenda publica y para que esto sea posible deben enfrentarse en la arena política de forma que logre que su problemática sea mas visible y se convierta en un tema que deba ser debatido.
Siendo así los temas de la agenda son una descripción del contexto en que se presentan y una referencia para la creación o definición de antagonismos y a su vez de identidades políticas y sociales.
Bibliografía adicional.
Canel, M. J. (2006). Comunicación política una guía para su estudio y práctica. Madrid, España: Tecnos.
[1] Gobierno como técnica que impone decisiones o diseña procesos de toma de decisión.
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