Implicaciones de las redes sociales en las elecciones de representación política
Para el caso de campañas electorales en Colombia, es preciso afirmar que la red social Facebook a diferencia de la red social Twitter es más propicia para la propagación de miedos epistémicos, ya que penetra más capas sociales y por ende, llega a segmentos poblacionales con menos formación académica. En Twitter, al ser una red con un carácter más político y académico, no es tan bien recibida la apelación a miedos epistémicos, ya que hay una visión más crítica, como lo fue en el caso de Iván Duque los tópicos de Venezuela, Maduro y Castrochavismo.
De acuerdo con lo anterior, es posible concluir también que el uso de hashtag como estrategia de marketing político es bien recibido entre los votantes. En la red social Facebook obedece sobre todo, al acercamiento a territorios y arenas, mientras que en la red social Twitter se limita a tópicos de esperanza y situaciones coyunturales. En cuanto a las publicaciones mejor recibidas, es decir, con una estrategia de marketing político más efectiva se encuentra que la red social Facebook es más idónea para acercarse a los votantes indecisos por medio de líderes de opinión. En Twitter, hay una respuesta a temas de la agenda pública y situaciones coyunturales de la esfera pública.
Para los tipos de campaña se encuentra una integración de las mismas para así llegar a diferentes públicos objetivos. Se consolidó desde el perfil del candidato en redes sociales una campaña de imagen y propuestas, desde su partido político una campaña negativa y desde los medios de comunicación una de contraste.
Sin desechar las ventajas en términos de votos que puede proporcionar una campaña tradicional es posible afirmar que el candidato con mayor presencia, interacción y estrategias desarrolladas en las redes sociales, tiene más probabilidad de triunfo en las elecciones. Contemplando lo anterior, se está ante la ausencia de un manual en el cual se evidencie cómo se debería ver las redes sociales a través de la comunicación política, las estrategias de marketing político y su impacto en el comportamiento político. Por lo tanto, debe hacerse una relectura de la comunicación política, específicamente desde el enfoque de la sociología política a la luz de lo que se conoce sobre redes de interacción.
Tomando como eje las conclusiones anteriores, se puede afirmar que el poder político y sus estrategias de invisibilización de la memoria transmutan a las redes sociales y se hacen efectivas a través de las estrategias de marketing político y como se observa en la campaña de Iván Duque se trató de generar en el elector una no distinción o una no diferenciación de las realidades sociales, es decir, no hubo un patrón en el que se identificara argumentos jurídicos, datos históricos, sus causalidades, entre otros; por el contrario, sí hubo un patrón en el que se apeló al direccionamiento del comportamiento político por medio de aspectos emocionales, como el miedo epistémico y la esperanza.
Implicaciones de las redes sociales en las elecciones de representación política
Para el caso de campañas electorales en Colombia, es preciso afirmar que la red social Facebook a diferencia de la red social Twitter es más propicia para la propagación de miedos epistémicos, ya que penetra más capas sociales y por ende, llega a segmentos poblacionales con menos formación académica. En Twitter, al ser una red con un carácter más político y académico, no es tan bien recibida la apelación a miedos epistémicos, ya que hay una visión más crítica, como lo fue en el caso de Iván Duque los tópicos de Venezuela, Maduro y Castrochavismo.
De acuerdo con lo anterior, es posible concluir también que el uso de hashtag como estrategia de marketing político es bien recibido entre los votantes. En la red social Facebook obedece sobre todo, al acercamiento a territorios y arenas, mientras que en la red social Twitter se limita a tópicos de esperanza y situaciones coyunturales. En cuanto a las publicaciones mejor recibidas, es decir, con una estrategia de marketing político más efectiva se encuentra que la red social Facebook es más idónea para acercarse a los votantes indecisos por medio de líderes de opinión. En Twitter, hay una respuesta a temas de la agenda pública y situaciones coyunturales de la esfera pública.
Para los tipos de campaña se encuentra una integración de las mismas para así llegar a diferentes públicos objetivos. Se consolidó desde el perfil del candidato en redes sociales una campaña de imagen y propuestas, desde su partido político una campaña negativa y desde los medios de comunicación una de contraste.
Sin desechar las ventajas en términos de votos que puede proporcionar una campaña tradicional es posible afirmar que el candidato con mayor presencia, interacción y estrategias desarrolladas en las redes sociales, tiene más probabilidad de triunfo en las elecciones. Contemplando lo anterior, se está ante la ausencia de un manual en el cual se evidencie cómo se debería ver las redes sociales a través de la comunicación política, las estrategias de marketing político y su impacto en el comportamiento político. Por lo tanto, debe hacerse una relectura de la comunicación política, específicamente desde el enfoque de la sociología política a la luz de lo que se conoce sobre redes de interacción.
Tomando como eje las conclusiones anteriores, se puede afirmar que el poder político y sus estrategias de invisibilización de la memoria transmutan a las redes sociales y se hacen efectivas a través de las estrategias de marketing político y como se observa en la campaña de Iván Duque se trató de generar en el elector una no distinción o una no diferenciación de las realidades sociales, es decir, no hubo un patrón en el que se identificara argumentos jurídicos, datos históricos, sus causalidades, entre otros; por el contrario, sí hubo un patrón en el que se apeló al direccionamiento del comportamiento político por medio de aspectos emocionales, como el miedo epistémico y la esperanza.
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