PUBLICADO EL
26 DE OCTUBRE DE 2019 POR
RODRIGO / Etiquetas:
Hoy en día, todos coincidimos en que, en líneas generales, el sistema educativo ha mejorado si lo comparamos con la situación de hace 30 o 40 años. ¿Es esto realmente cierto? Reflexionemos sobre ciertos aspectos:
- El profesor habla, los alumnos escuchan. Realmente hemos ganado muy poco dinamismo en las clases y la esencia sigue siendo la misma.
- Treinta alumnos, un mismo ritmo. Quizá uno de los grandes dramas de hoy en día; los alumnos que destacan ven coartada su evolución por el "bien general" o para que los alumnos menos capaces no se vean descolgados se baja el nivel del conjunto. Si tenemos 30 alumnos en clase, tenemos 30 ritmos distintos y para esto aún no se ha dado una alternativa firme y generalizada.
- Ausencia de tenología verdaderamente útil. Está bien, hemos incluido pizarras electrónicas, ordenadores portátiles, actividades interactivas...pero ¿qué valor añadido real aporta todo esto?
- ¿Falta pasión en el profesorado? Siempre hablando en líneas generales, y de forma especialmente crítica, la profesión de maestro está infravalorada tanto por la sociedad como por el sistema como por sus propios protagonistas (alumnos, padres y los propios docentes). La facilidad para acceder a la carrera de magisterio, la escasez de vocación por parte de los aspirantes a maestros son algunos puntos que desvirtúan esta profesión tan capital para el devenir de una sociedad.
- El enfoque de las materias. En posteriores entradas ampliaré este tema, pero por ahora sólo comentar que asignaturas como historia, matemáticas, lengua y literatura o música no suelen resultar atractivas a la mayoría de alumnos y suele estar relacionado con el enfoque del conocimiento que reside en estas áreas, cómo se plantean las clases y, de cómo se imparten éstas.
Estas son algunas pinceladas; la enseñanza es un universo muy profundo (mucho más de lo que se cree) y no debería reducirse a "¿qué tal las notas, hijo?" y se debería parecer más a "¿has aprendido algo interesante hoy?, ¿te apasiona lo que estudias?, ¿el profesor te motiva?" y un largo etcétera.
Muchas gracias si has llegado a leer hasta aquí.
Rodrigo Díaz Matamala
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