Los políglotas se lanzan al uso del idioma y no se pierden en el estudio de la gramática o de vocabulario que nunca emplearán en sus vidas. Uno de mis autores favoritos, Benny Lewis, en su conocida obra Fluent in 3 months, cuenta cómo muchas veces prefiere empezar a aprender un idioma con un simple libro de frases. Yo me he servido de esta técnica para aprender idiomas que me eran desconocidos y para enseñar a alumnos. Parece una tontería, pero es realmente importante. ¿Cuántas veces te has encontrado "estudiando" un idioma sin hablar con un nativo en meses? Pues eso... Un idioma se aprende, se habla pero no se estudia (a menos que seas un lingüista o una erudito, claro).
¿Te acuerdas del libro que mencioné al principio? Bien, pues el autor de esa obra es un absoluto genio. Ahora bien, no es un genio del aprendizaje de idiomas, es un prodigio de la memoria. Ramón Campayo, es muy conocido por sus proezas mnemotécnicas. Te preguntarás, ¿y qué tiene que ver todo esto con el aprendizaje de idiomas? Pues verás, los políglotas aplicamos técnicas de mnemotecnia para aprender a hablar idiomas. Cuando estudiaba portugués decidí aplicar el método por primera vez y así aprendí el vocabulario y las expresiones básicas del idioma en tan solo una semana (unas 1000 palabras y expresiones). Ya explicaré en otra ocasión qué técnicas de mnemotecnia empleamos y cómo ponerlas en uso.
Por último, lo más importante a la hora de aprender un idioma es que seas constante. Los gimnastas entrenan unas 6 horas al día, ¿por qué un estudiante normal cree que aprenderá francés yendo dos veces a la semana a la academia? Eso no te va a llevar muy lejos. Y, aunque uno se sienta un chico o chica muy responsable, no hay nada comparable a aprender a hablar de manera auténtica un idioma. La actitud y tus motivaciones juegan un papel crucial en el estudio de idiomas.
Finalmente, me gustaría añadir un comentario acerca de los mitos en torno a este mundillo. Cualquier persona puede aprende dos, tres o diez idiomas. No es cuestión de talento. Tampoco es cuestión de edad (Steve Kaufmann, a sus 81 años, sigue aprendiendo idiomas cada año). Existe el talento lingüístico, sin duda, pero no lo necesitas para aprender una lengua. Deja tus excusas a un lado y lánzate a hablar.
">Sí, lo sé, ya es una frase muy repetida... El caso es que a mis 18 años me topé con un libro de un título todavía más peculiar: "Aprende alemán en 7 días". Vale, pensé, eso sí que no. Bueno, pues acabé comprando la obra. Me llamaba mucho la atención ya que llevaba tres años estudiando alemán y eso me sonaba a brujería. No me arrepiento de la compra. Sin saberlo, en ese momento me iniciaba en el apasionante mundo de los políglotas y el aprendizaje extremo de idiomas. Desde ese día he aprendido alemán, francés, portugués y japonés y dentro de poco me pondré con el chino. No, no es imposible, tan solo necesitas ser un poco humilde y abierto de mente. ¿En qué consiste el método que se enseña en muchas de estas obras? Empezamos:
Los políglotas se lanzan al uso del idioma y no se pierden en el estudio de la gramática o de vocabulario que nunca emplearán en sus vidas. Uno de mis autores favoritos, Benny Lewis, en su conocida obra Fluent in 3 months, cuenta cómo muchas veces prefiere empezar a aprender un idioma con un simple libro de frases. Yo me he servido de esta técnica para aprender idiomas que me eran desconocidos y para enseñar a alumnos. Parece una tontería, pero es realmente importante. ¿Cuántas veces te has encontrado "estudiando" un idioma sin hablar con un nativo en meses? Pues eso... Un idioma se aprende, se habla pero no se estudia (a menos que seas un lingüista o una erudito, claro).
¿Te acuerdas del libro que mencioné al principio? Bien, pues el autor de esa obra es un absoluto genio. Ahora bien, no es un genio del aprendizaje de idiomas, es un prodigio de la memoria. Ramón Campayo, es muy conocido por sus proezas mnemotécnicas. Te preguntarás, ¿y qué tiene que ver todo esto con el aprendizaje de idiomas? Pues verás, los políglotas aplicamos técnicas de mnemotecnia para aprender a hablar idiomas. Cuando estudiaba portugués decidí aplicar el método por primera vez y así aprendí el vocabulario y las expresiones básicas del idioma en tan solo una semana (unas 1000 palabras y expresiones). Ya explicaré en otra ocasión qué técnicas de mnemotecnia empleamos y cómo ponerlas en uso.
Por último, lo más importante a la hora de aprender un idioma es que seas constante. Los gimnastas entrenan unas 6 horas al día, ¿por qué un estudiante normal cree que aprenderá francés yendo dos veces a la semana a la academia? Eso no te va a llevar muy lejos. Y, aunque uno se sienta un chico o chica muy responsable, no hay nada comparable a aprender a hablar de manera auténtica un idioma. La actitud y tus motivaciones juegan un papel crucial en el estudio de idiomas.
Finalmente, me gustaría añadir un comentario acerca de los mitos en torno a este mundillo. Cualquier persona puede aprende dos, tres o diez idiomas. No es cuestión de talento. Tampoco es cuestión de edad (Steve Kaufmann, a sus 81 años, sigue aprendiendo idiomas cada año). Existe el talento lingüístico, sin duda, pero no lo necesitas para aprender una lengua. Deja tus excusas a un lado y lánzate a hablar.
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