INTRODUCCIÓN

Las benzodiacepinas son un grupo de fármacos que empezaron a usarse a principios de la década de los 60 del S.XX para sustituir a los barbitúricos que tienen una capacidad mayor de inducir dependencia, provocar sobredosis y mayor nivel de toxicidad.

Las benzodiacepinas actúan sobre el sistema GABA, concretamente sobre las subunidades α de los receptores GABAA  con residuos de histidina. Actúan como depresores del sistema nervioso central, con mayor impacto sobre el sistema límbico, activando el receptor de GABAA (neurotransmisor endógeno con acción depresora del SNC). La función de los recetores GABAA es mediar cambios en el flujo del cloro a través de la membrana neuronal. En presencia del neurotransmisor GABA, este receptor se activa, se abre el canal y se produce entrada de Cloro a la célula y la consecuente inhibición de la actividad neuronal.

El grupo de fármacos conocido como Benzodiacepinas se caracteriza por tener diferentes efectos primarios: sedantes, hipnóticos, anticonvulsionantes, ansiolíticos, relajación muscular.

Pese a tener menos efectos secundarios que otras sustancias usadas para tratar síntomas parecidos, actualmente se reconoce que el uso de benzodiacepinas produce síntomas de sedación, somnolencia, ataxia, disartria, incoordinación motora, amnesia anterógrada, reacción paradójica, hipotensión, depresión respiratoria, tolerancia, dependencia y disminución de la respuesta a estímulos. Además, el uso prolongado de Benzodiacepinas genera dependencia y adicción pese a que se desconozcan, en gran medida, los mecanismos neurobiológicos implicados. (Tan et. Al, 2011; Laville et al., 2010).

Las benzodiacepinas se pueden categorizar, entre otros, en función de su potencia ansiolítica, su modo de acción (modulación alostérica positiva, modulación alostérica negativa...) o su tiempo de acción (vida media).

Actualmente, este tipo de fármacos son ampliamente utilizados por la comunidad médica y terapéutica para tratar multitud de problemas y, según datos de la encuesta Edades del PNSD, aproximadamente un 11-12% de los españoles adultos consumen benzodiacepinas. Dentro de este marco, se hace necesario conocer como afectan los tratamientos con éstas sustancias a las personas que las toman.

Se ha observado que éstos fármacos son efectivos en tratamientos a corto plazo (dos a cuatro semanas), sin embargo los riesgos asociados a un uso prolongado hacen que la relación riesgo-beneficio sea desfavorable, asociándose principalmente con deficits en ejecución motora, deterioro en tareas de atención y repetitivas y las habilidades cognitivas.

Éstos fármacos  poseen efectos a largo plazo sobre el sueño, lo que podría ser una explicación del posible deterioro cognitivo que acarrean:  las benzodiacepinas bloquean la fase IV del sueño lento y la fase REM. Durante la fase IV del sueño lento descansan los núcleos de la vigilia sobre todo el locus coeruleos que tiene una función cognitiva importante (reflexión, concentración, memoria, atención e intelecto).

La retirada de estos fármacos, como ya ha sido intuido previamente, genera abstinencia en los sujetos mostrandose una ampia variedad de síntomas: ansiedad e indomnio, molestias abdominales, temblor, agitación, miedom espasmos musculares, irritabilidad, sudoración, despersonalización, sensibilidad excesiva a la luz o al sonido, taquicardia, hipertensión sistólica leve, dolor de cabeza, depresión, psicosis, crisis epilépticas, delirium tremens.

Diferentes estudios han mostrado la relación que existe entre el consumo prolongado de benzodiacepinas y deterioro cognitivo progresivo en edades avanzadas.  En ancianos, las benzodiacepinas se asocian a un empeoramiento de los síntomas de demencia y deterioro cognitivo. En Francia, se realizó un estudio con 1389 sujetos de entre 60 y 70 años de edad cuyos resultados mostraron que  El consumo crónico de benzodiazepinas aumenta el riesgo de deterioro cognitivo progresivo en la ancianidad (Paternini, Sabrina MD, Dufoull et al. 2002).

Otro estudio (longitudinal entre 1989 y 1997) con 3777 sujetos mayores de 65 años no encontró ninguna asociación entre el uso de benzodiacepinas por parte de los sujetos durante el periodo de estudio y padecer demencia.

Pero, pese a los estudios controvertidos sobre la relación entre consumo prolongado (crónico) de dichos fármacos y deterioro cognitivo, hay muy poca evidencia científica sobre como afecta el uso prolongado de benzodiacepinas a sujetos mas jovenes. Un estudio con una muestra de 45 pacientes arrojó que pese a que el rango de edad 60-69 años era el que mas consumia (18 sujetos), los dos rangos inmediatamente inferiores tambien tenían alta incidencia de consumo de BDZ: 10 sujetos de 40 a 49 años y, 8 sujetos de 50 a 59 años (Perez MJ., Veas P., 2014). Además, en este mismo estudio, se observó que los pacientes suelen tener tratamientos prolongados (98% más de 1 año en tratamiento).

Los déficits cognitivos leves son experimentados por el 18% de los adultos mayores, muchos de los cuales no progresan a demencia.Los déficits cognitivos leves no amnésicos son inducidos constantemente por los antihistamínicos de primera generación y los antidepresivos tricíclicos, mientrasque las BZD provocan deterioro combinado amnésico y no amnésico )Tannenbaum, Paquette, Hilmer, Holroyd-Leduc & Carnahan, 2012).

 En su investigación realizada en Australia, evaluaron e integraron los resultados de estudios que determinaron el efecto del uso de BZD a largo plazo en el funcionamiento cognitivo: revisión de13 estudios de investigación que emplearon prueba neuropsicológicas para evaluar el rendimiento cognitivo en 12 dominios después del uso a largo plazo de BZD, donde la duración del uso de BZD fue de 1 a 34 años (media 9,9). Se encontró que quienes consumen BZD a largo plazo estaban consistentemente más deteriorados en grado variable que los controles en todas las categorías cognitivas examinadas (Barker, Greenwood, Jackson & Crowe , 2004)

Como ya se ha mencionado previamente, el uso crónico de benzodiacepinas puede estar implicado en el deterioro cognitivo asociado sobre todo en edades avanzadas pero, desde este estudio, vamos a interesarnos por investigar los deterioros de memoria asociados a los diferentes usos y tratamientos asociados a las benzodiacepinas.

La revisión de estudios previos a aportado diferentes perspectivas y resultados, algunos contradictorios entre sí:  Algunos estudios hablan de una afectación principal de los procesosde adquisición y retención verbal (Verster J.C., Volkerts E.R., Verbaten M.N., 2002; Barbee J.G., Black F.W., Todorov A.A., 1992), otros encuentran que la principal alteración se produce en el proceso de recuperación, recuerdo inmediato y demorado de información verbal (Drabant S., Tömlo J., Tóth M., Péterfai E., Klebovich I., 2006)  o en el recuerdo y reconocimiento verbal y en la memoria de trabajo (Coldwell S.E., Milgrom P., Getz T., Ramsay D.S., 1997; Hart R.P., Colenda C.C., Hamer R.M., 1991). Mientras que otros autores informan de la ausencia de efectos sobre la memoria (Gladsjo JA, Rapaport MH, McKinney R, Auerbach M, Hahn T, Rabin A, et al., 2001).

En nuestro estudio, predecimos que el uso porlongado de bencodiacepinas producirá déficits de memoria independientemente de la edad en la que se encuentre el sujeto consumidor y que, estos déficits serán mayores cuanto mas tiempo se lleve en tratamiento y mas edad tenga la persona.

El objetivo del presente estudio es establecer como afecta el uso de benzodiacepinas, mediante datos obtenidos objetivamente, a la memoria de diversos sujetos diferenciados en función de: la edad, el sexo, la duración del tratamiento, el tipo de tratamiento (motivo por el que esta en tratamiento) y  fármaco usado durante el tratamiento. Se tendrán en cuenta variables sociodemográficas, socioeconómicas y nivel de estudios como posibles factores relacionados con el deterioro, así como la presencia de síntomatología de abuso de otras sustancias y,la presencia  de otros trastornos (ansioso-depresivos, esquizoides...).

MATERIAL Y MÉTODOS

 Sujetos

Para la realización de esta investigación se contará con un amplio grupo de sujetos para poder llevar a cabo los diferentes grupos de estudio de interés. Para la obtención de la muestra, se usarán sujetos voluntarios así como registros médicos de diferentes servicios de salud pública. Los sujetos deberán ser mayores de 20 años, sin antecedentes familiares de demencia y deterioro cognitivo y, sin trastornos cliínicos severos (esquizofrenia, delirios...).

Previamente a establecer los grupos de estudio, a todos los sujetos que acepten, se les dará un cuestionario de autoadministración para conocer datos socioeconómicos, sociodemográficos, familiares, nivel de educación y otros datos personales relevantes.

Posteriormente se realizarán entrevistas individualizadas para conocer todos los datos posibles sobre los diferentes tratamientos a los que han sido sometidos (edad de inicio del tratamiento, motivo de inicio del tratamiento, duración del tratamiento, tipo de fármaco, etc.) Una vez obtenidos estos datos, se decidirá que sujetos pasan a formar parte de la investigación, manteniendo siempre un número equilibrado de sujetos en cada uno de los grupos de edad.

Aparatos, técnicas, instrumentos y medidas

Para la valoración de las diferentes capacidades de memoria se utilizará el subtest de Dígitos y el subtest de Letras-Números de la Escala de Inteligencia para Adultos de Wechsler (WAIS-III) para evaluar la memoria de trabajo. El subtest Lista de Palabras de la Escala de Memoria de Wechsler (WMS-III) para la memoria verbal inmediata y demorada y la Figura Compleja de Rey (FCR) para la valoración de la memoria visual inmediata y demorada. Además de la memoria se valorará la presencia de sintomatología ansioso-depresiva y abuso y problemas relacionados con el consumo de sustancias. Se utilizará la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (Hospital Anxiety and Depression Scale, HADS) que detecta posibles casos de trastornos depresivos y ansiosos; y el Test de Detección de Abuso de Droga (Drug Abuse Screening Test, DAST-20) que es un test breve para detectar el abuso y problemas relacionados con el consumo de sustancias durante los últimos doce meses.

Procedimiento

 Se realizará un diseño de cohorte para medir la evolución del deterioro dentro de los grupos de edad. Los sujetos que acepten someterse a la investigación realizarán las pruebas una vez al año mientras estén de acuerdo con los términos del estudio.

Los sujetos se dividirán en grupos de edad: 20-29 años, 30-39 años, 40-49 años, 50-59 años, 60-69 años, 70 años en adelante.

Dentro de cada grupo de edad y, tras el cuestionario autoadministrado y la entrevista individualizada, los sujetos de cada grupo de edad se dividirán en subgrupos en función de su relación con las benzodiacepinas (Variable independiente) en: a) no consumo, b) consumo episódico y c) consumo crónico.

Así, cada intevalo de edad tiene un grupo control (no consumidores) y dos grupos experimentales:  1) un grupo episódico (uso puntual) y, 2) un grupo de consumo crónico (uso prolongado).

La variable que se pretende medir (dependiente), son los niveles en los diferentes tipos de memoria de interés para la investigación: a) memoria de trabajo, b) memoria verbal (inmediata y demorada) y, c) memoria visual (inmediata y demorada).

También se tendrán en cuenta otras variables que pudieran interactuar con la variable principal en los resultados obtenidos: a) síntomatologia ansioso-depresiva, b) abuso de sustancias y c) variables individuales (nivel de estudios, nivel soceioeconómico, variables sociodemográficas, historia clínica...)

En la sesión se aplicarán en primer lugar las pruebas para la valoración de sintomatología ansioso-depresiva y de abuso de sustancias, tras ellas se aplicarán las pruebas de memoria empezando por las pruebas de Lista de Palabras y FCR, posteriormente se aplicarán las pruebas de Dígitos y Letras- Números. Finalmente transcurrido un periodo de 25 minutos se aplicará la parte de memoria demorada de las pruebas Lista de Palabras y FCR. Para el procedimiento de administración y corrección de las pruebas aplicadas se seguirán las normas indicadas en sus manuales.

Los resultados se interpretarán en función no solo de la relación entre variable dependiente y variable independiente, sino que también se tendrán en cuenta el resto de posibles variables relatadas previamente.

BIBLIOGRAFIA

 Tan K.R., Rudolph U., Lüscher Ch. “hooked on benzodiacepines: GABAA receptors subtyoes and adiction”. Trends Neurosci. 2001 April; 34(4): 188-197.

Tan K.R., Brown M., Labouèbe G., Yvon C. Rudolph U., Lüscher Ch. et al. “neural bases for addictive properties of benzodiacepines”. Nature. 2010 Februry 11; 463 (7282): 769-774

Lalive A.L., Rudolph U., Lüscher Ch., Tan K.R. “in there a way to cirb benzodiacepine addiction?” Swiss Med Wkly. 2001; 141: w13277.

Paterniti, Sabrina M.D., Dufouil y col.  “Long Term Benzodiazepines Use and Cognitive Decline in the Elderly:The Epidemiology of Vascular Aging Study”. Journal of Clinical Psychopharmacology.2002 Jun; 22:285-293.

Perruza E.P “Efectos del Consumo de Benzodiacepinas a largo plazo en las Funciones Cognitivas”. Unidad de Neuropsi. Dr. Julio Borges Iturriza. Seminarios, 2º trimestre. 2014

Vergara K.Uso de Benzodiacepinas como Factor de Riesgo para presentar Demencia”.  Unidad de Neuropsi. Dr. Julio Borges Iturriza. Seminarios, Primer trimestre. 2013

Verster J.C., Volkerts E.R., Verbaten M.N. “Effects of alprazolam on driving ability, memory functioning and psychomotor performance: a randomized, placebo-controlled study”. Neuropsychopharmacology. 2002;27:260-9.

Barbee J.G., Black F.W., Todorov A.A. “Differential effects of alprazolam and buspirone upon acquisition, retention, and retrieval processes in memory.” J Neuropsychiatry Clin Neurosci. 1992;4:308-14.

Drabant S, Tömlo J, Tóth M, Péterfai E, Klebovich I. “The cognitive effect of alprazolam in healthy volunteers”. Acta Pharm Hung. 2006;76:25-31.

Coldwell S.E., Milgrom P, Getz T, Ramsay D.S. “Amnestic and anxiolytic effects of alprazolam in oral surgery patients”. J Oral Maxillofac Surg. 1997;55:1061-70.

Hart R.P., Colenda C.C., Hamer R.M.. “Effects of buspirone and alprazolam on the cognitive performance of normal elderly subjects”. Am J Psychiatry. 1991;148:73-7.

Gladsjo J.A., Rapaport M.H., McKinney R, Auerbach M, Hahn T, Rabin A, et al. “Absence of neuropsychologic defi cits in patients receiving long-term treatment with alprazolam-XR for panic disorder.” J Clin Psychopharmacol. 2001;21:131-8.

 

 

 

 

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CLASES PARTICULARES

BENZODIACEPINAS Y MEMORIA

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Profesor particular Raul
PUBLICADO EL 13 DE ENERO DE 2020 POR RAUL / Etiquetas:

 

INTRODUCCIÓN

Las benzodiacepinas son un grupo de fármacos que empezaron a usarse a principios de la década de los 60 del S.XX para sustituir a los barbitúricos que tienen una capacidad mayor de inducir dependencia, provocar sobredosis y mayor nivel de toxicidad.

Las benzodiacepinas actúan sobre el sistema GABA, concretamente sobre las subunidades α de los receptores GABAA  con residuos de histidina. Actúan como depresores del sistema nervioso central, con mayor impacto sobre el sistema límbico, activando el receptor de GABAA (neurotransmisor endógeno con acción depresora del SNC). La función de los recetores GABAA es mediar cambios en el flujo del cloro a través de la membrana neuronal. En presencia del neurotransmisor GABA, este receptor se activa, se abre el canal y se produce entrada de Cloro a la célula y la consecuente inhibición de la actividad neuronal.

El grupo de fármacos conocido como Benzodiacepinas se caracteriza por tener diferentes efectos primarios: sedantes, hipnóticos, anticonvulsionantes, ansiolíticos, relajación muscular.

Pese a tener menos efectos secundarios que otras sustancias usadas para tratar síntomas parecidos, actualmente se reconoce que el uso de benzodiacepinas produce síntomas de sedación, somnolencia, ataxia, disartria, incoordinación motora, amnesia anterógrada, reacción paradójica, hipotensión, depresión respiratoria, tolerancia, dependencia y disminución de la respuesta a estímulos. Además, el uso prolongado de Benzodiacepinas genera dependencia y adicción pese a que se desconozcan, en gran medida, los mecanismos neurobiológicos implicados. (Tan et. Al, 2011; Laville et al., 2010).

Las benzodiacepinas se pueden categorizar, entre otros, en función de su potencia ansiolítica, su modo de acción (modulación alostérica positiva, modulación alostérica negativa...) o su tiempo de acción (vida media).

Actualmente, este tipo de fármacos son ampliamente utilizados por la comunidad médica y terapéutica para tratar multitud de problemas y, según datos de la encuesta Edades del PNSD, aproximadamente un 11-12% de los españoles adultos consumen benzodiacepinas. Dentro de este marco, se hace necesario conocer como afectan los tratamientos con éstas sustancias a las personas que las toman.

Se ha observado que éstos fármacos son efectivos en tratamientos a corto plazo (dos a cuatro semanas), sin embargo los riesgos asociados a un uso prolongado hacen que la relación riesgo-beneficio sea desfavorable, asociándose principalmente con deficits en ejecución motora, deterioro en tareas de atención y repetitivas y las habilidades cognitivas.

Éstos fármacos  poseen efectos a largo plazo sobre el sueño, lo que podría ser una explicación del posible deterioro cognitivo que acarrean:  las benzodiacepinas bloquean la fase IV del sueño lento y la fase REM. Durante la fase IV del sueño lento descansan los núcleos de la vigilia sobre todo el locus coeruleos que tiene una función cognitiva importante (reflexión, concentración, memoria, atención e intelecto).

La retirada de estos fármacos, como ya ha sido intuido previamente, genera abstinencia en los sujetos mostrandose una ampia variedad de síntomas: ansiedad e indomnio, molestias abdominales, temblor, agitación, miedom espasmos musculares, irritabilidad, sudoración, despersonalización, sensibilidad excesiva a la luz o al sonido, taquicardia, hipertensión sistólica leve, dolor de cabeza, depresión, psicosis, crisis epilépticas, delirium tremens.

Diferentes estudios han mostrado la relación que existe entre el consumo prolongado de benzodiacepinas y deterioro cognitivo progresivo en edades avanzadas.  En ancianos, las benzodiacepinas se asocian a un empeoramiento de los síntomas de demencia y deterioro cognitivo. En Francia, se realizó un estudio con 1389 sujetos de entre 60 y 70 años de edad cuyos resultados mostraron que  El consumo crónico de benzodiazepinas aumenta el riesgo de deterioro cognitivo progresivo en la ancianidad (Paternini, Sabrina MD, Dufoull et al. 2002).

Otro estudio (longitudinal entre 1989 y 1997) con 3777 sujetos mayores de 65 años no encontró ninguna asociación entre el uso de benzodiacepinas por parte de los sujetos durante el periodo de estudio y padecer demencia.

Pero, pese a los estudios controvertidos sobre la relación entre consumo prolongado (crónico) de dichos fármacos y deterioro cognitivo, hay muy poca evidencia científica sobre como afecta el uso prolongado de benzodiacepinas a sujetos mas jovenes. Un estudio con una muestra de 45 pacientes arrojó que pese a que el rango de edad 60-69 años era el que mas consumia (18 sujetos), los dos rangos inmediatamente inferiores tambien tenían alta incidencia de consumo de BDZ: 10 sujetos de 40 a 49 años y, 8 sujetos de 50 a 59 años (Perez MJ., Veas P., 2014). Además, en este mismo estudio, se observó que los pacientes suelen tener tratamientos prolongados (98% más de 1 año en tratamiento).

Los déficits cognitivos leves son experimentados por el 18% de los adultos mayores, muchos de los cuales no progresan a demencia.Los déficits cognitivos leves no amnésicos son inducidos constantemente por los antihistamínicos de primera generación y los antidepresivos tricíclicos, mientrasque las BZD provocan deterioro combinado amnésico y no amnésico )Tannenbaum, Paquette, Hilmer, Holroyd-Leduc & Carnahan, 2012).

 En su investigación realizada en Australia, evaluaron e integraron los resultados de estudios que determinaron el efecto del uso de BZD a largo plazo en el funcionamiento cognitivo: revisión de13 estudios de investigación que emplearon prueba neuropsicológicas para evaluar el rendimiento cognitivo en 12 dominios después del uso a largo plazo de BZD, donde la duración del uso de BZD fue de 1 a 34 años (media 9,9). Se encontró que quienes consumen BZD a largo plazo estaban consistentemente más deteriorados en grado variable que los controles en todas las categorías cognitivas examinadas (Barker, Greenwood, Jackson & Crowe , 2004)

Como ya se ha mencionado previamente, el uso crónico de benzodiacepinas puede estar implicado en el deterioro cognitivo asociado sobre todo en edades avanzadas pero, desde este estudio, vamos a interesarnos por investigar los deterioros de memoria asociados a los diferentes usos y tratamientos asociados a las benzodiacepinas.

La revisión de estudios previos a aportado diferentes perspectivas y resultados, algunos contradictorios entre sí:  Algunos estudios hablan de una afectación principal de los procesosde adquisición y retención verbal (Verster J.C., Volkerts E.R., Verbaten M.N., 2002; Barbee J.G., Black F.W., Todorov A.A., 1992), otros encuentran que la principal alteración se produce en el proceso de recuperación, recuerdo inmediato y demorado de información verbal (Drabant S., Tömlo J., Tóth M., Péterfai E., Klebovich I., 2006)  o en el recuerdo y reconocimiento verbal y en la memoria de trabajo (Coldwell S.E., Milgrom P., Getz T., Ramsay D.S., 1997; Hart R.P., Colenda C.C., Hamer R.M., 1991). Mientras que otros autores informan de la ausencia de efectos sobre la memoria (Gladsjo JA, Rapaport MH, McKinney R, Auerbach M, Hahn T, Rabin A, et al., 2001).

En nuestro estudio, predecimos que el uso porlongado de bencodiacepinas producirá déficits de memoria independientemente de la edad en la que se encuentre el sujeto consumidor y que, estos déficits serán mayores cuanto mas tiempo se lleve en tratamiento y mas edad tenga la persona.

El objetivo del presente estudio es establecer como afecta el uso de benzodiacepinas, mediante datos obtenidos objetivamente, a la memoria de diversos sujetos diferenciados en función de: la edad, el sexo, la duración del tratamiento, el tipo de tratamiento (motivo por el que esta en tratamiento) y  fármaco usado durante el tratamiento. Se tendrán en cuenta variables sociodemográficas, socioeconómicas y nivel de estudios como posibles factores relacionados con el deterioro, así como la presencia de síntomatología de abuso de otras sustancias y,la presencia  de otros trastornos (ansioso-depresivos, esquizoides...).

MATERIAL Y MÉTODOS

 Sujetos

Para la realización de esta investigación se contará con un amplio grupo de sujetos para poder llevar a cabo los diferentes grupos de estudio de interés. Para la obtención de la muestra, se usarán sujetos voluntarios así como registros médicos de diferentes servicios de salud pública. Los sujetos deberán ser mayores de 20 años, sin antecedentes familiares de demencia y deterioro cognitivo y, sin trastornos cliínicos severos (esquizofrenia, delirios...).

Previamente a establecer los grupos de estudio, a todos los sujetos que acepten, se les dará un cuestionario de autoadministración para conocer datos socioeconómicos, sociodemográficos, familiares, nivel de educación y otros datos personales relevantes.

Posteriormente se realizarán entrevistas individualizadas para conocer todos los datos posibles sobre los diferentes tratamientos a los que han sido sometidos (edad de inicio del tratamiento, motivo de inicio del tratamiento, duración del tratamiento, tipo de fármaco, etc.) Una vez obtenidos estos datos, se decidirá que sujetos pasan a formar parte de la investigación, manteniendo siempre un número equilibrado de sujetos en cada uno de los grupos de edad.

Aparatos, técnicas, instrumentos y medidas

Para la valoración de las diferentes capacidades de memoria se utilizará el subtest de Dígitos y el subtest de Letras-Números de la Escala de Inteligencia para Adultos de Wechsler (WAIS-III) para evaluar la memoria de trabajo. El subtest Lista de Palabras de la Escala de Memoria de Wechsler (WMS-III) para la memoria verbal inmediata y demorada y la Figura Compleja de Rey (FCR) para la valoración de la memoria visual inmediata y demorada. Además de la memoria se valorará la presencia de sintomatología ansioso-depresiva y abuso y problemas relacionados con el consumo de sustancias. Se utilizará la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (Hospital Anxiety and Depression Scale, HADS) que detecta posibles casos de trastornos depresivos y ansiosos; y el Test de Detección de Abuso de Droga (Drug Abuse Screening Test, DAST-20) que es un test breve para detectar el abuso y problemas relacionados con el consumo de sustancias durante los últimos doce meses.

Procedimiento

 Se realizará un diseño de cohorte para medir la evolución del deterioro dentro de los grupos de edad. Los sujetos que acepten someterse a la investigación realizarán las pruebas una vez al año mientras estén de acuerdo con los términos del estudio.

Los sujetos se dividirán en grupos de edad: 20-29 años, 30-39 años, 40-49 años, 50-59 años, 60-69 años, 70 años en adelante.

Dentro de cada grupo de edad y, tras el cuestionario autoadministrado y la entrevista individualizada, los sujetos de cada grupo de edad se dividirán en subgrupos en función de su relación con las benzodiacepinas (Variable independiente) en: a) no consumo, b) consumo episódico y c) consumo crónico.

Así, cada intevalo de edad tiene un grupo control (no consumidores) y dos grupos experimentales:  1) un grupo episódico (uso puntual) y, 2) un grupo de consumo crónico (uso prolongado).

La variable que se pretende medir (dependiente), son los niveles en los diferentes tipos de memoria de interés para la investigación: a) memoria de trabajo, b) memoria verbal (inmediata y demorada) y, c) memoria visual (inmediata y demorada).

También se tendrán en cuenta otras variables que pudieran interactuar con la variable principal en los resultados obtenidos: a) síntomatologia ansioso-depresiva, b) abuso de sustancias y c) variables individuales (nivel de estudios, nivel soceioeconómico, variables sociodemográficas, historia clínica...)

En la sesión se aplicarán en primer lugar las pruebas para la valoración de sintomatología ansioso-depresiva y de abuso de sustancias, tras ellas se aplicarán las pruebas de memoria empezando por las pruebas de Lista de Palabras y FCR, posteriormente se aplicarán las pruebas de Dígitos y Letras- Números. Finalmente transcurrido un periodo de 25 minutos se aplicará la parte de memoria demorada de las pruebas Lista de Palabras y FCR. Para el procedimiento de administración y corrección de las pruebas aplicadas se seguirán las normas indicadas en sus manuales.

Los resultados se interpretarán en función no solo de la relación entre variable dependiente y variable independiente, sino que también se tendrán en cuenta el resto de posibles variables relatadas previamente.

BIBLIOGRAFIA

 Tan K.R., Rudolph U., Lüscher Ch. “hooked on benzodiacepines: GABAA receptors subtyoes and adiction”. Trends Neurosci. 2001 April; 34(4): 188-197.

Tan K.R., Brown M., Labouèbe G., Yvon C. Rudolph U., Lüscher Ch. et al. “neural bases for addictive properties of benzodiacepines”. Nature. 2010 Februry 11; 463 (7282): 769-774

Lalive A.L., Rudolph U., Lüscher Ch., Tan K.R. “in there a way to cirb benzodiacepine addiction?” Swiss Med Wkly. 2001; 141: w13277.

Paterniti, Sabrina M.D., Dufouil y col.  “Long Term Benzodiazepines Use and Cognitive Decline in the Elderly:The Epidemiology of Vascular Aging Study”. Journal of Clinical Psychopharmacology.2002 Jun; 22:285-293.

Perruza E.P “Efectos del Consumo de Benzodiacepinas a largo plazo en las Funciones Cognitivas”. Unidad de Neuropsi. Dr. Julio Borges Iturriza. Seminarios, 2º trimestre. 2014

Vergara K.Uso de Benzodiacepinas como Factor de Riesgo para presentar Demencia”.  Unidad de Neuropsi. Dr. Julio Borges Iturriza. Seminarios, Primer trimestre. 2013

Verster J.C., Volkerts E.R., Verbaten M.N. “Effects of alprazolam on driving ability, memory functioning and psychomotor performance: a randomized, placebo-controlled study”. Neuropsychopharmacology. 2002;27:260-9.

Barbee J.G., Black F.W., Todorov A.A. “Differential effects of alprazolam and buspirone upon acquisition, retention, and retrieval processes in memory.” J Neuropsychiatry Clin Neurosci. 1992;4:308-14.

Drabant S, Tömlo J, Tóth M, Péterfai E, Klebovich I. “The cognitive effect of alprazolam in healthy volunteers”. Acta Pharm Hung. 2006;76:25-31.

Coldwell S.E., Milgrom P, Getz T, Ramsay D.S. “Amnestic and anxiolytic effects of alprazolam in oral surgery patients”. J Oral Maxillofac Surg. 1997;55:1061-70.

Hart R.P., Colenda C.C., Hamer R.M.. “Effects of buspirone and alprazolam on the cognitive performance of normal elderly subjects”. Am J Psychiatry. 1991;148:73-7.

Gladsjo J.A., Rapaport M.H., McKinney R, Auerbach M, Hahn T, Rabin A, et al. “Absence of neuropsychologic defi cits in patients receiving long-term treatment with alprazolam-XR for panic disorder.” J Clin Psychopharmacol. 2001;21:131-8.

 

 

 

 

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